Procedimiento
- 500 g de papas para freír frescas
- Salsa Ranch 2 Anclas
- 50 g de queso cheddar
- 50 g de queso gouda
- 100 g de panceta en lonchas
- Aceite para freír
- Sal
Comenzar pelando las papas y luego las vamos a cortar en bastones. Hay que procurar que sean lo más regulares posible para que se frían más o menos a la vez.
Una vez cortadas, enjuagar las papas en agua fría 2 o 3 veces, hasta que salga el agua clara. Esto sirve para que pierdan el almidón lo que hará que queden más crujientes una vez fritas.
Escurrirlas y ponerlas extendidas en una sola capa sobre un paño limpio. Secarlas por encima con otro paño.
Mientras tanto, poner a calentar abundante aceite en una sartén a fuego medio o en la freidora a 150 ºC, o lo que es lo mismo, que esté caliente pero no demasiado. Freír las papas en dos tandas unos 8 minutos.
Conforme se van friendo, dejarlas reposar sobre papel absorbente. Una vez fritas todas, meterlas en el congelador unos 30 minutos para enfriarlas. Este paso junto con el enjuague permite que queden unas papas firmes y crujientes.
Cortar la panceta en tiras y dorarlo en una sartén a fuego medio sin necesidad de añadir ningún tipo de materia grasa. Cuando estén hechos al gusto, escurrir la grasa y reservar.
Sacar las papas del congelador y realizar una segunda fritura, esta vez en aceite mucho más caliente pero que no humee (180 ºC) durante un par de minutos. Reposar de otra vez sobre unas nuevas hojas de papel absorbente.
Poner a precalentar el horno a 200 ºC. Sazonar con sal las papas y colocarlas en un plato grande y resistente al calor.
Distribuir un poco de la salsa Ranch por encima de las papas.La cantidad es a gusto yo soy generosa
Luego poner ¾ de la panceta encima de la salsa.
Rallar por encima los dos tipos de queso y colocar por último la panceta restante. Gratinar en el horno a media altura hasta que el queso se haya derretido. Si se desea, se puede dejar un poco más hasta que el queso empiece a dorarse. Servir si se desea espolvoreado con cebollino.
