Pianos
Son muy frágiles. Son más que un adorno, una reliquia que debemos cuidar. Sufren terriblemente con la humedad y nos encanta adornarlos con plantas y flores, es mejor no hacerlo.
Las teclas: Cuando aparecen manchas amarillas conviene hacer una papilla espesa de bicarbonato de sodio y unas gotas de jugo de limón colado, con un pincel fino pasar la papilla sobre las teclas cuidando que no se cuele entre tecla y tecla. Dejar actuar y “barrer” suavemente con una brocha de afeitar.
Otra opción es hacer lo mismo con pasta de dientes en crema. O pasar con un pincel unas gotas de lavandina, secar y repetir si es necesario.
Cuando las teclas se resquebrajan y se resecan hay que hidratarlas, puede ser con unas gotas de leche entera usando un pincel o con una crema hidratante.
Las teclas se lustran con paño de lana o con un resto de un ovillo de lana suave. Si las teclas son de plástico para limpiarlas pasar un pincel con alcohol blanco o vinagre de alcohol, secar muy bien.