Encuadernaciones
Jorge Bouza, un gran amigo y colaborador del portal, envió esta receta para encuadernar en forma económica los libros a los que se les salen las hojas. Gracias, Jorge!
¿Viste que en cuanto uno abre un libro nuevo, recién comprado, para leerlo, se desprenden las hojas del lomo? Ello se debe a la pésima calidad de la cola utilizada en su encuadernación. Estamos hablando de los clásicos libros que no forman cuadernillos sus hojas, es decir, los que no son cosidos con hilo, sino que sólo se los encola sobre el filo [izquierdo] de cada página, para formar con todas ellas el lomo.
La solución reparadora es simple. Abrir bien el libro y desprender lo más que se pueda la tapa-contratapa-lomo del resto del libro. Allí, con un pincelito, «pintar» con cola vinílica (por ej. : Cascola) la zona donde deberían estar encoladas las hojas. Tener como precaución que la cola depositada quede uniformemente distribuida, y que forme una capa gruesita. Es decir que no basta con que se humedezca la zona, sino que deberá ser lo suficientemente contundente, como para que la misma se introduzca en los intersticios vacíos.
Una vez hecho esto, colocamos en su orden correspondiente las hojas, las alineamos tratando de formar el libro nuevamente, y lo cerramos. Lo golpeamos sobre una mesa, sobre el lomo, a los efectos de que la cola cemente adecuadamente las hojas que estaban sueltas y todo lo que desprendimos en la operación antes descripta. Con esto, también aplanaremos el lomo y le daremos forma de nuevo. Lo colocamos entre los libros de nuestra biblioteca, en un estante, teniendo la precaución de apoyarlo sobre el lomo, y que quede lo mejor paradito posible entre ellos. Lo dejamos así, de un día para el otro, para que la cola vinílica se seque adecuadamente, y listo.
Atención: Es importante que cuando lo colocamos en la biblioteca para su secado, el libro quede lo más perpendicular posible al estante, ya que después que se seque la cola, no volverá a su posición correcta si éste se secó torcido.