Cuadros
Para cuidarlos:
El lugar donde se cuelga un cuadro es fundamental a tener en cuenta.
No pueden recibir la luz directa del sol. No pueden estar colgados donde hay corrientes de aire. No pueden estar en ambientes húmedos.
Los cuadros de valor no pueden recibir luz artificial directamente sobre la pintura.
No colgar un cuadro sobre un radiador de calefacción.
Si pintamos o pasamos yeso a una pared esperar a que esté completamente seca para colgar el cuadro.
No colgar un cuadro sobre el cañón de una chimenea que habitualmente se usa.
Colocar focos movibles para iluminar los cuadros, si los cambiás de lugar solo con mover el foco solucionás la iluminación.
La iluminación con focos halógenos desde el techo son una excelente opción.
Tip: La luz, el calor y la humedad no son buenas compañías para un cuadro.
Para limpiarlos:
Las acuarelas se frotan con una miga de pan con mucha suavidad. Luego se pasa una brocha (las de afeitar) para arrastrar lo que queda de miga y polvo. No se deben de mojar, corrés el riesgo de correr la pintura.
Se pueden limpiar con humedad solamente los que tienen una terminación de barniz.
Los oleos, para reavivar los colores, pasar una esponja de las que se usan en maquillaje que son suaves, con unas gotas de aceite de oliva. También podés frotar media cebolla o papa cruda. Secar con papel absorbente luego de cada pasada.
Si en casa hay fumadores, el humo ataca lentamente los cuadros. Cada tanto armar un vaporizador casero con 250 cc de agua y 1 cucharada de amoníaco de uso doméstico. Lejos del cuadro, en un lugar seguro fuera del alcance de los chicos y mascotas. La humedad del agua con el amoníaco absorben el humo que queda en los ambientes.
Si tienen moho o una sombra blancuzca, limpiar con una esponja de maquillaje con unas gotas de vinagre de alcohol, ¡SOLO unas gotas! Secar con un paño suave o con una servilleta de papel y cambiar el cuadro a un ambiente seco, por lo menos durante 15 días.